Chicos, se acabaron los colores flúor, los bañadores este año vienen con colores más sobrios pero igual de explosivos. ¿Por qué? Porque los estampados se apoderan del verano y dejan en un segundo plano todo lo que sea monocolor.
Pero no solo de estampados va la cosa. El clásico bañador justo por encima de la rodilla queda relegado al olvido, ¡guárdalo en la parte más profunda del cajón! El slip se posicionan como el número uno en el podio de la ropa de baño. Este clásico se ve en las olimpiadas y en las piscinas de gimnasio, pero a partir de ahora también lo veremos en la playa y en las urbanizaciones.
También se llevan los bañadores a mitad de pierna, estilo bermuda, pero algo más cortos. Eso sí, siempre plagados de prints y a poder ser, tropicales. De hecho, el estampado hawaiano o de palmeras se ha convertido en el homónimo del leopardo. El animal print más vendido en invierno cuando se trata de prendas exteriores para mujer.
Igualmente, el estampado geométrico que también triunfa en los bikinis, se convierte en todo un acierto cuando hablamos de moda masculina. Ya sea en tonos cálidos y vibrantes o mucho más sencillo, en tonos de verde o azul, será el estampado que más veremos mientras paseamos por la orilla del mar.
Y por supuesto, no podemos olvidarnos del print más perenne: las rayas marineras. Un clásico que nunca falla y que como cualquier año anterior, se lleva en cualquiera de sus versiones. ¡El estampado perfecto para aquellos que no se identifiquen con esos dibujos tan llamativos de rombos, olas o flores plumeria!