Habrás oído hablar de ella más de una vez. Su nombre es tan extraño como atractivo: Kombucha. También la llaman «el elixir de la salud inmortal» por las múltiples propiedades que contiene en su interior. Ya te advertimos que, hacerla en casa, no es nada agradable, pero… ¿merece la pena?
La Kombucha es té fermentado, y para procesarlo hace falta té, azúcar y una serie de hongos y microorganismos que son los que le darán las propiedades de las que todo el mundo está hablando. Estos hongos son como la masa madre en el pan o los hongos lácticos en los yogures.
Estos hongos lo que hacen es crear una capa en la parte superior del bote donde te pongas a hacerlo y que hay que retirar cada vez que te quieras servir líquido de Kombucha. El resto del tiempo deberá estar en contacto con el té para que siga fermentando.
¿Cuáles son sus principales beneficios?
1.- Sustituye a bebidas gaseosas: si estás a dieta y quieres decir adiós a las bebidas gaseosas con azúcar, la Kombucha puede ser un sustitutivo más que interesante. Eso sí, no abuses, puesto que también tiene azúcar.
2.- Elimina toxinas: si estás en un periodo détox, la Kombucha puede ayudar a eliminar toxinas ya que te ayudará a ir más al baño a orinar y, por tanto, tus riñones estarán en constante movimiento.
3.- Dolor de cabeza: la Kombucha, al estar basada en el té, contiene una cantidad de cafeína que le puede venir muy bien al dolor de cabeza. También tiene propiedades que ayudan a mejorar las migrañas.
4.- Mejora de la digestión: la Kombucha, al ser una bebida probiótica, equilibra los niveles de acidez de tu estómago y, por tanto, te ayuda a superar en ese momento esos dolores que te pueden dar cuando estés en una digestión complicada.