Ya que estamos en primavera, qué mejor momento para descubrir una de las tendencias estrella en el mundo de la nutrición de este año: el uso de flores comestibles en muchos platos, bebidas y snacks.
Algo que no solo llenará de belleza lo que comemos, sino que aportará muchos beneficios para la salud. Tienen, entre otras, vitaminas A y B y betacarotenos. Además, divertirá mucho a los más pequeños.
Te hablamos de algunas de ellas para que no te cojan de sorpresa, y para que tengas en cuenta cuáles se pueden comer con seguridad:
1.- Flores de calabaza: esta flor ya se lleva usando mucho en las tradiciones culinarias mediterráneas, así que podemos considerarla la flor comestible más común. Hay muchas y variadas recetas en las que la flor se rellena o se fríe. Tiene un sabor suave y dulce muy agradecido.
2.- Flor de cebollino: su color morado y su saborcito suave a cebolla la hacen ideal para muchos platos, como pueden ser los de pescado. También se utilizan para dar sabor a aceites y vinagres. Además del cebollino o el calabacín, otras verduras dan flores comestibles muy interesantes: los puerros, el ajo, la achicoria…
3.- La violeta: muy conocida también, sobre todo confitadas y utilizadas como dulce. Pero gracias a su versatilidad, también se pueden incorporar frescas a una ensalada. Esta flor está cargada de antioxidantes, por lo que es muy recomendable su ingesta.
4.- Flores de hierbas aromáticas: se pueden utilizar las flores de las hierbas que utilizamos para condimentar. Es decir, las flores del orégano, la menta o el romero. Además de aportar color y aroma, aporta los aceites, minerales y vitaminas de las propias hierbas.
5.- La caléndula: estas flores anaranjadas dan aroma y sabor a los platos, además de considerarse “el azafrán barato”. Se pueden consumir frescas o incluso rebozadas.