Los helados son para el verano, sí, pero seguro que en más de una ocasión has escuchado o leído que tienen multitud de azúcares, que son malos para la salud, que engordan… Bueno, sí y no. Como todo, si abusas de algo, al final será malo para tu salud, pero si lo llevas de una manera moderada puede aportar beneficios para ti y los tuyos.
1.- Lo que aportan: un helado al año, no hace daño. Si son algunos más, tampoco, ya sea en verano o en invierno. ¿Por qué no?
Los helados son una fuente importante de nutrientes, ya que la gran parte de ellos están hechos con leche, así que aportan al organismo una gran cantidad de calcio y también de proteínas.
Además, si el helado que has escogido tiene trozos de frutas, aunque estén congeladas también siguen manteniendo sus propiedades. Siempre con moderación, eso sí.
2.- ¿Engordan?: no tanto como crees. Como decíamos antes, si los tomas con moderación pueden ser incluso positivos para tu dieta.
Si tomas un helado antes de las comidas, te ayudará a saciarte antes de empezar a comer y así no devorar todo lo que haya en la nevera.
Sin embargo, si tomas los helados entre horas o para picotear entonces sí que te pueden engordar más de lo normal.
3.- Alivian inflamaciones: si has tenido una operación bucodental recientemente, seguro que sabrás de lo que hablamos.
En el caso de extracción de muelas, por ejemplo, siempre recomiendan comer un helado después de la operación, pues tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a disminuir el dolor.
4.- Aumenta la felicidad: además del placer de degustar un helado, estos contienen un aminoácido llamado triptófano, que es el encargado de generar serotonina en el cuerpo, la llamada hormona de la felicidad. ¿Por qué si no la típica imagen después de una ruptura sentimental comiendo helado delante del televisor?