Si quieres cuidar de tu sistema digestivo, concretamente del intestino (ese órgano que tanto ocupa en nuestro cuerpo y, por tanto, tan relacionado con él en muchos aspectos), debes asegurarte de incluir alimentos probióticos en tu dieta. ¿Y qué son? Son sustancias vivas que equilibran la microbiota intestinal; vamos, las bacterias saludables que habitan en nuestro intestino.
Si esta flora no está equilibrada, se generan toxinas que inflaman los tejidos. Esto puede provocar problemas en la piel y se está estudiando que no ayuda al estrés. Si mantienes ese equilibrio, te aseguras un buen funcionamiento del sistema autoinmune e incluso favorecer a que no aparezca la artrosis.
Incluye en tu dieta alimentos que contengan estas bacterias beneficiosas. Hay tres tipos: Bifidocaterium, lactovbacillum y saccharumyces.
Te damos una lista de alimentos que las contienen:
Yogurt: este alimento es básico, ya que contiene muchos probióticos y está muy asentado en nuestra cultura culinaria. También podemos optar por otros fermentados lácticos que existen en el mercado, ya que cada vez hay más oferta de este tipo de producto.
Aceitunas y encurtidos: es sorprendente, pero es así. Al realizar el proceso de encurtido artesanal, se generan muchas levaduras y bacterias lácticas. Eso sí, asegúrate de que no tengan exceso de sal y que no sean industriales. Muchos procesos industriales destruyen estas bacterias y levaduras beneficiosas.
Queso crudo: no importa si es de oveja o cabra, es una buena opción para ingerir probióticos.
Kéfir: poco a poco, este producto menos conocido por la mayoría va asentándose en los lineales de muchos supermercados muy conocidos. Existe de vaca o cabra, o incluso de agua para aquellos intolerantes a la lactosa.
Miso: esta pasta de soja fermentada se utiliza para realizar deliciosas sopas japonesas, y es ideal para incorporar a nuestra dieta por salud y por sabor.